El Ateneo estuvo dedicado ayer al Día Internacional de la Luz, con una conferencia sobre la ciencia de la luz y su uso en tecnologías avanzadas que ayudan a resolver retos globales en salud, información y comunicaciones, energía o medio ambiente
La científica María Josefa Yzuel Giménez, protagonizó la sesión del Ateneo, enmarcada en los actos de difusión del Día Internacional de la Luz (16 de mayo), para visibilizar su importancia y explicar cómo las tecnologías basadas en la luz contribuyen al bienestar de la humanidad. Quien mejor que ella para explicarlo, como presidenta del Comité español del Día Internacional de la Luz. Es, además, catedrática emérita y profesora honoraria del Departamento de Física de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Su presencia en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura fue un regreso a la universidad de la que, un día, salió, la Universidad de Zaragoza, donde estudió Físicas, en la Facultad de Ciencias. Su carrera investigadora ha estado ligada a la Instrumentación Óptica, a la polarización de la luz y ayer, en el Ateneo, habló de los avances en tecnologías basadas en la luz, en las soluciones a retos globales. Entre esos retos, citó el avance en el cuidado de la salud; la conciliación de la creciente demanda de energía con la disminución de la emisión de CO2; en comunicaciones, la demanda de una velocidad mayor en la transferencia de datos, y en seguridad, los sensores en el infrarrojo para identificación de moléculas dañinas en alimentación y medio ambiente.
El desarrollo de la ciencia de la luz y su utilización en tecnologías avanzadas ayudan a resolver retos globales en campos como la salud, la información y las comunicaciones, la energía, el medio ambiente y las redes sociales. María Josefa Yzuel, habló de la fotónica y recordó que fue declarada una tecnología clave en Europa, por ser crucial para los avances productivos y económicos en los próximos decenios. Asimismo, presentó algunos de estos logros en iluminación, generación de energía, medicina, comunicaciones o astronomía, así como algunos avances en imágenes ópticas. En este sentido, puso ejemplos como las aportaciones en el área de salud, con los avances en pruebas como la endoscopia, la cirugía laparoscópica o la oftalmología, pero también el cambio que ha supuesto la luz led para el ahorro energético.
Pero también hizo referencia a los países de renta baja, aludió al continente africano donde el uso de la fibra óptica no llega al uno por ciento y cómo una sola placa fotovoltaica puede resolver el consumo y las necesidades de energía de una familia.
María Josefa Yzuel Giménez, nació en Jaca en 1940, ciudad que la nombró Hija Predilecta. Inició su carrera científica en la Universidad de Zaragoza donde se licenció en Ciencias Físicas y se doctoró, en ambos casos con Premio Extraordinario. Amplió su formación con una estancia postdoctoral en la Universidad de Reading (Reino Unido) con una beca del British Council, entre septiembre de 1967 y noviembre de 1968, “algo que ahora es habitual, pero que en aquella época no era nada frecuente”, como recordó ayer, al tiempo, que destacaba lo que supuso esa salida internacional para su desarrollo profesional.
De vuelta a la Universidad de Zaragoza estuvo de profesora adjunta. En 1971, logró la plaza de profesora agregada de Óptica y Estructura de la Materia y, en 1982, la Cátedra de Óptica de la Universidad Granada. En 1983, se incorporó a la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) como catedrática de Óptica, lugar donde ha desarrollado su carrera y donde trabaja desde 2011 como catedrática emérita y, últimamente, como profesora honoraria.
Siempre ha tenido una gran vocación por la docencia, “por la enseñanza y por dar oportunidades a los jóvenes”, dijo la profesora Yzuel, mientras recordaba que a sus alumnos “siempre les decía que estuvieran tranquilos porque no está todo hecho, no os va a faltar trabajo porque queda mucho por hacer”.
En su recorrido científico, su referente ha sido Marie Curie. Consciente de la necesidad de que las mujeres se incorporen a la ciencia, trabaja en diferentes entidades y promueve acciones para dar visibilidad a las carreras STEM y al abanico de posibilidades que ofrecen.
También aludió al papel de la investigación en la sociedad y en el desarrollo de un país, al tiempo que mostraba su convencimiento de que para avanzar “un país tiene que apostar por la ciencia básica”.
Es una referencia en el campo de la ciencia en Físicas. Su investigación se ha centrado en el campo de la Óptica, con más de 250 publicaciones científicas y con participación en 40 proyectos de investigación, financiados por convocatorias nacionales y europeas, en muchos de ellos como investigadora principal. Ha dirigido 20 tesis doctorales. Ha trabajado en teoría difraccional de la imagen, en la evaluación de la calidad de la imagen en sistemas ópticos, en el estudio de filtros de transmisión no uniforme y de fase para la mejora de la calidad de los sistemas ópticos formadores de imágenes, en la introducción de la información de color en el proceso de reconocimiento óptico de formas y en el uso y caracterización de pantallas de cristal líquido para la generación de elementos ópticos difractivos.
Su trabajo ha tenido repercusión en diferentes áreas de la Óptica, tanto en el aspecto teórico como experimental, con aplicaciones, entre otras, en el campo de la imagen médica, donde propuso por primera vez en los años setenta, estando en la Universidad de Zaragoza, la aplicación de unas técnicas específicas para mejorar las imágenes en instrumentos de diagnóstico médico.
En los años noventa, en la Universidad Autónoma de Barcelona, su grupo de investigación fue pionero en avances del reconocimiento óptico de objetos, teniendo en cuenta la distribución del color. Más recientemente, han investigado en la caracterización de las pantallas de cristales líquidos y han propuesto configuraciones novedosas de los elementos polarizadores para conseguir modulaciones sólo de fase, que es imprescindible para su aplicación en óptica difractiva.
La sesión de ayer del Ateneo, fue también un punto de encuentro con quienes fueron sus alumnos, como Rafael Navarro Belsué, doctor en Física y profesor de investigación en el Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón, INMA (CSIC-UNIZAR), que moderó el coloquio y contó cómo su dedicación a la investigación está ligada a la que un día fue su profesora.
Además, asistieron el director de la EINA, José Antonio Yagüe, y el director de la Cátedra SAMCA de Desarrollo Tecnológico y del I3A, Pablo Laguna.
Fotografías: Alfredo Soria (EINA)