El capitán de Navío del Cuerpo de Ingenieros de la Armada, José March Al-Lal Baeza explicó en el Ateneo de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura las dificultades del proceso de construcción del primer submarino español
Con el submarino S-80, España ha ingresado en el reducido club de países que cuentan con la capacidad de diseñar y construir submarinos convencionales. Además de dotar a la Armada con submarinos de última generación, el programa supone una apuesta por el desarrollo tecnológico de la industria nacional con una clara proyección internacional. Son algunas de las ideas que trasladó ayer en Zaragoza el capitán de navío del Cuerpo de Ingenieros de la Armada, José March Al-Lal Baeza. En su conferencia en el Ateneo de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura (EINA), desgranó los objetivos del programa submarino S80, la complejidad del proyecto, cómo se abordó y algunas lecciones aprendidas en un proceso que ha tenido 20 años de duración, desarrollado con Navantia.
“A lo largo de todos estos años, el personal involucrado en el programa S80 ha acumulado una enorme experiencia en los aspectos que influyen y condicionan este tipo de programas, tanto desde el punto de vista de gestión, como técnico”, señaló el capitán Al-Lal Baeza.
España nunca había contado con un submarino con diseño propio, solo 10 países en el mundo tienen capacidad para construir un submarino. Todo un reto de Ingeniería, un encaje de piezas que funcionen armónicamente y toda una red de elementos y condicionantes que explican por qué es difícil el diseño y construcción de un submarino. El capitán de Navío mencionó desde la estructura, la propulsión, la generación de energía eléctrica o los sistemas auxiliares de energía hidráulica y neumática, de agua del mar y dulce, la ventilación, por supuesto, la habitabilidad y las condiciones de vida adecuada para las personas que van a vivir allí, entre otras muchas cuestiones. “En el proceso se han manejado 40.322 requisitos, de especificaciones de contrato, instrucciones técnicas y normativa”, apuntó el capitán Al-Lal Baeza.
José March Al-Lal Baeza estudió Ingeniería Naval, en la especialidad de Máquinas en la Universidad Politécnica de Madrid, donde también hizo el Máster de Ingeniería Naval Militar y es Máster Universitario en Dirección y Gestión de Adquisiciones de Sistemas para la Defensa por la Universidad de Zaragoza. Ingresó en la Armada en el año 2000. Estuvo destinado en el Ramo de Plataformas Navales de 2004 a 2011, con participación en Programa F105, BAM. Llegó al Programa S80 en diciembre de 2012. Actualmente, está en la Jefatura de Ingeniería y Construcción del Arsenal de Cartagena.
En su conferencia en el Ateneo, mencionó que el futuro pasa por disponer en dos años del submarino de la clase 82 y destacó “la importancia de que el conocimiento que hemos adquirido y todo lo aprendido no se pierda”. Dedicó un apartado a describir las lecciones aprendidas en un proceso que definió como “complejo” y todo lo que se debe tener en cuenta, habló de los recursos humanos, la experiencia, la importancia de las fases previas, el catálogo de suministradores, la incorporación de la I+D o la aplicación de técnicas de Ingeniería de Sistemas.
Finalizó su intervención recordando el valor estratégico de un submarino propio para la Armada por su gran capacidad disuasoria. Cumple un papel de vigilancia, recogida de información, operaciones especiales y combate.
El Ateneo fue organizado con el Área de Inspección Industrial de la DDA y EXIDE y el coloquio estuvo moderado por Jorge Rosell, subdirector de Empresas y Movilidad en la EINA. Asistió el delegado de Defensa en Aragón, el coronel Conrado Cebollero. El director de la EINA, José Antonio Yagüe, fue el encargado de abrir la sesión, y la clausura corrió a cargo del director de la Cátedra SAMCA de Desarrollo Tecnológico de Aragón, Alfonso Ortega.
Fotografías: Alfredo Soria (EINA)